El “teatro” no existe, pero si el nacimiento. No hay reglas, no hay tiempo, no hay nada. Celebremos que nacemos. 

 Nacemos como acto de rebeldía. No queremos ganar nada.

Ya tenemos el veneno del marinero en el cuerpo y no nos importa estrellarnos; las Américas solo se descubren equivocándose. No buscamos nada material. No queremos convertirnos en programadores ni en gestores.

Egoístamente, queremos un espacio para aprender y desarrollar nuestras ideas, un espacio donde poder seguir trabajando e investigando como creadores.

Egoístamente, queremos compartir el espacio para enriquecernos de los demás. Y de forma altruista, queremos que más gente comparta nuestro egoísmo.

 

  Esto es lo que queremos.
  Lo que ofrecemos.

 

 Un espacio donde el único requisito es emocionarse con lo que propones; si no te emociona, no merece la pena intentarlo.
Donde proponer lo que no te atreverías en otro sitio; si puedes hacerlo en otro sitio, te animamos a hacerlo.
Un espacio sin porcentajes; no somos una sala ni una galería, no competimos con nadie porque no queremos nada, no nos preocupan los gastos ni los aforos: aquí lo que se genera es de quien lo crea.

 

  Esto es lo que ofrecemos.
  Lo que queremos.